Escribe: Hugo Gumiel Chacón.*
…Segundo Tiempo de este encuentro, el pase cortito de la Monita, recibe la Veizaga, levanta la mirada y el paso largo para la Ñatita, esta gambetea, pase cortito para la jugadora 12, y esta, antes de gambetear se para y lanza un fusilazo, la gatita morena con sus manos felinas no puede alcanzar a la gorda y y y goool: ahora la pelota se mese en las redes de los tres palos.
Mañanitas domingueras. Campeonato femenino Flores del Valle y donde decenas de equipos de fulbito y un centenar de jugadoras se enfrentaban para llegar a campeonas, los escenarios, el campo deportivo de la Unidad Educativa Federico Aguiló y la Terminal de Buses de Cochabamba, donde ahora es el parqueo de movilidades, se trazó una cancha reglamentaria y los pasajeros de partida o de llegada y un público presente se recreaban con estas jugadoras, que, sin ser profesionales, defendían los colores de su camiseta.
Este campeonato se realizaba con jugadoras amateur que no pertenecían a ningún equipo profesional y no jugaban en ninguna liga de fulbito y la convocatoria era para las vendedoras y caseritas de los mercados.
Mujeres jovencitas, mujeres mayores, vendedoras, amas de casa, toda una mixtura presentes en este campeonato: “por favor señor árbitro puedo salir un ratito del encuentro, mi wawa está llorando por favor” la señora salía de la cancha y le daba su pecho y la wawa al ver a su mamá se callaba; y unos breves minutos nuevamente la mamá entraba a jugar. El niño reconoce a su madre, porque ella piensa doble, por el deporte y por su hijo. La madre es un milagro en la fiesta deportiva. Y domingo a domingo se transmitía por 91.9 Radio Kancha Parlaspa y se conocía en el periódico Gente.

  • Periodista de Radio Kancha Parlaspa

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